Interconectado con el Mundo

Hace un par de días, mi conexión de banda ancha amaneció muerta. Luego de revisar que todo funcionaba perfectamente, no me quedo más remedio que llamar a mi proveedor, la nunca bien ponderada - y con razón- DT. Obviamente a través de esos números donde uno paga desde la primera barbaridad de la contestadora del "servicio de atención al cliente" hasta los interminables segundos de la línea de espera. Lo peor de todo, es cuando el servidor teléfonico te "bota del sistema" y debes llamar de nuevo y vamos pagando se ha dicho .....

Cuando finalmente me logré conectar, ellos dijeron que los equipos funcionaban en perfectas condiciones y que quizás el problema era de la empresa servidora. Como era de imaginar, las líneas de la otra firma estaban congestionadas. Al menos eso me dio un alivio, pues imaginé que no era el único afectado. Sin embargo, sin lograr comunicarme, y debido a que debía mandar unas fotos de un reportaje que había escrito para una revista al otro lado del mundo y que salía en dos días, probé con mi antigua conexión de modem de 56K. Claro, sólo con la intención de avisarle a la gente de la revista, que tenía problemas (si, en Alemania también los hay) y que por favor, comprendieran que las fotos llegarían más tarde. En ningun momento, se me pasó por mi mente la remota idea de mandar una docena de fotos de casi 1 MB por modem.

Sin embargo, mientras comprobaba que la conexión vía modem funcionaba, aproveché de ir a la página de mi proveedor. Tras ingresar a la sección de "problemas", cual fue mi sorpresa al leer que toda la región del Rhein-Main estaba "paralizada". En otro post les contaré algo del Rhein-Main. Pero para que sepan a que me refiero, les cuento que es una conurbación de ciudades de 5 millones de habitantes, entre las que se incluye Frankfurt, uno de los principales centros bancarios del mundo junto a Nueva York, Londres y Tokio. Si, literalmente, ellos habían tenido un "desperfecto" y los servicios de banda ancha para esa región no funcionaban, aunque ellos aseguraban que hacían "todo lo posible para repararlos a la brevedad".

Pasaron horas y no pasaba nada. Entre medio, la gente de la revista me informaba que podía mandar las fotos al día siguiente. Todavía desconcertado pensaba en la dependencia de Internet y de los proveedores de servicios. Actualmente todo mi trabajo se basa en Internet -trabajo mayoritariamente para una consultora freelance y hago tele-trabajo- además de otros trabajos que consigo a través de Internet y que despacho por Internet. Afortunadamente, ese día no debía entregar nada, si no hubiera tenido que grabar todo en un CD y partir a un Internet-café a mandar los archivos, rogar que estuviera abierto, cruzar los dedos para que su proveedor no fuera el mismo mío, etc. Recién en ese momento comprendí que dependía de Internet. Hasta ese entonces sólo veía las ventajas y beneficios, pero ahora vivía -por suerte sin graves consecuencias- las desventajas de operar con la "última" tecnología y de "jugar" a ser un "Global Player" provisto sólo de un notebook y algunos buenos contactos.