EL CAOS POLITICO GERMANO

(Manifestación del PS ante 20 mil personas en Frankfurt )

"Mi destino es ser canciller". Así cerró Gerhard Schröder su campaña el sábado pasado en Frankfurt en medio de aplausos y también algunos abucheos de sus opositores. La Valentina ubicada en su coche detrás del escenario junto a su amiga Charlotte y sus padres, estaba feliz de poder aplaudir y gritar bravo todo el rato , mientras su papá se abría paso entre la masa para captar una buena foto y tener una mejor visión del panorama. Arriba del escenario Schröder repetía, casi afónico, su rosario de críticas al sistema reformista y neoliberal que pretende imponer su contrincante, Angela Merkel, quien a la misma hora se candidateaba a unas cuadras de distancia en el Salón del Automóvil de Frankfurt.
Hoy ya ha pasado casi una semana desde que se celebraron las elecciones. No hay anarquía, pero el gobierno sigue acéfalo. Schröder sigue nominalmente al mando de Alemania y se mantendrá en el poder mientras 1.- los políticos no conformen una coalición de partidos capaz de iniciar el nuevo Gobierno y 2.- se pongan de acuerdo en el nombre de la persona que tomará el sillón del canciller.

Los resultados de los sufragios dejaron en evidencia una profunda división en el electorado y las elecciones se han transformado en una verdadera pesadilla para el país, los políticos y en una vergüenza ante el resto del mundo. Lo que se había planteado como una solución a la divergencia de opiniones e inseguridad de rumbo en el Parlamento, no hizo más que agravar las cosas. Los alemanes ya no pueden estar más confundidos. No solo su intención de voto se mueve como un péndulo, sino también sus convicciones sobre el futuro de la tercera mayor economía del mundo son absolutamente dispares.
A modo de ejemplo voy a comentarles los resultados en los estados con mayor población. En Renania del Norte Wesfalia - NRW (mi estado favorito) nuevamente se dio vuelta la tortilla. Hace un par de meses la DC llegó al poder en el estado emblemático de los socialistas con un 44% de los votos y gatilló de paso el llamado anticipado a elecciones. La semana pasada los millones de trabajadores volvieron a apoyar a los socialistas con el 40% de las preferencias. ¿A quién apoyan en NRW?, ¿A la derecha o a la izquierda? Pónganse de acuerdo. Y todo eso en menos de cuatro meses.
En el otro extremo, en Bavaria, la DC bávara perdió más de 10 puntos porcentuales principalmente en favor de los liberales. Si los bávaros hubieran votado como tradicionalmente lo hacen, o sea con casi un 60% de apoyo a la DC, Angela Merkel tampoco estaría en los aprietos que hoy la oprimen. Así quedo claro, que los conservadores bávaros no confían en una mujer al mando del Gobierno. No hay ninguna otra explicación al respecto, aunque ningún medio se atreva a decirlo. Lo raro es que quienes no fueron capaces de decidirse por una mujer, si fueron capaces de votar por los liberales, comandados por Guido Westerwelle, un yuppie gay, que sólo en las últimas semanas fue capaz de sacar la voz, defender sus criticadas ideas y sacar a su partido de las últimas filas y llevarlo a los lugares de privilegio.

¿Ganadores? No, sólo perdedores

En las elecciones perdieron todos, con la excepción de los liberales y Guido Westerwelle. Ellos con propuestas claras y concretas se plantearon eficientemente como una alternativa al resto de los partidos. Sin embargo, para malestar de muchos, incluyendo los socialistas de centro de Schröder y Muntefering, los comunistas también son una nueva fuerza que no se puede obviar. Ellos captaron casi el 9% de los votos y con ellos el disgusto de los alemanes por las políticas reformadoras de Schröder.
Si especulamos un poco y hacemos burdas estadísticas es posible darse cuenta donde esta la clave de la derrota del PS. Los socialistas lograron el 34,3% (-4,2%) de los votos, mientras que los comunistas llegaron al 8,7% (+4,7). Si los socialistas no hubieran perdido ese 4,7% de apoyo –que sin lugar a dudas viene del PS- habrían obtenido 39%, que sumado al 8.1% (-0,5%) de los verderes totaliza 47,1%. De ahí a obtener la mayoría en el Parlamento había un sólo paso, que se habría zanjado con la ayuda de algunos comunistas. Sin embargo, las diferencias entre ambos partidos son ahora casi tan abismantes como las de la DC y los Verdes.
Schröder no ganó, pero la DC tampocó y ellos tampoco tiene una mayoría como para arrogarse la formación de Gobierno como dicen Stoiber y Merkel. Ahora sólo queda la formación de alianzas. El complicado sistema electoral alemán ha provocado que Angela Merkel este desesperada por lograr concretar una coalición con los liberales e incluso los verdes si quiere gobernar. Su sonrisa aprendida seguramente en un curso intensivo sobre como hacer campaña en tiempos modernos, ha dado paso a la desilución y la frustración. Su partido se mantiene firme detrás de ella, pero sólo para no perder la oportunidad de llegar al poder. En otra situación, Merkel ya sería parte del pasado. Los verdes no transarán tan fácilmente como para integrarse en una coalición con sus enemigos; por lo que la famosa coalición Jamaica (por los colores de los partidos, similares a los de dicho emblema) es sólo una especulación, que no duraría más de un par de meses.

¿Futuro?

Schröder ya más relajado logró revertir las encuestas. Su apoyó se recuperó del 25-28% en mayo a poco más de 34%. El tampoco puede continuar su gobierno con los verdes y necesita de los liberales. Sin embargo, Guido lo ha desdeñado en cuanta ocasión ha tenido. Así tampoco habrá matrimonio por ese lado, y menos un trio con los verdes.
Finalmente la posibilidad de que la DC y el PS gobiernen juntos choca nada más y nada menos que con las ambiciones de poder de Schröder. Si se logra esa configuración, Merkel tiene toda las de perder. El sistema alemán dice que el partido con la mayor votación tiene derecho a proponer un canciller. Los socialistas ya dijeron que no votarán por Angie y menos los comunistas y los verdes. Aunque si el candidato es Schröder, puede que algunos comunistas lo apoyen y se concrete un gobierno de transición de corta vida.
Sin lugar a dudas, a la crisis económica se suma ahora una crisis política fomentada por el miedo y la falta de claridad y rumbo en la población. Ante esa perspectiva no es poco probable que las cosas se decanten en favor del PS. Parece que para Schröder definitivamente su destino es ser Canciller ….

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