Neuschwanstein y las 7 Nuevas Maravillas

* Foto: Ministerio bavaro de economía, transporte y tecnología (MWIVT)

Las votaciones para elegir a las Siete Nuevas Maravillas del Mundo ya entraron en la recta final. Ahora restan únicamente dos días para conocer los resultados de las votaciones, que se efectúan en estos momentos a través de diversos medios (Internet, teléfono y sms), y que se conocerán el próximo 07.07.07 durante una ceremonia realizada en Lisboa, la capital de Portugal. En Alemania, el gobierno bavaro inició hace un par de días una campaña casi oficial para que los alemanes voten a favor de Schloss Neuschwanstein, el mítico palacio del rey Ludwig II, ubicado en los Alpes bávaros. Hasta hace unas semanas, el castillo de ensueños del llamado “rey loco” no había recibido suficientes votos y estaba en una ubicación poco decorosa entre todos los 21 monumentos seleccionados. Por este motivo, las autoridades regionales encabezadas por Edmund Stoiber convocaron a votar en el marco de una presentación retransmitida en los noticiarios del horario premium.

La organización del concurso permitía incluir cualquier construcción creada por el hombre desde el inicio de la civilización hasta el año 2000 en una analogía a las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. El único requisito es que aún se encuentre en un estado de conservación aceptable, posea un valor arquitectónico o artístico intrínseco y sea reconocida universalmente.

El proyecto New 7 Wonders es una idea del suizo Bernard Weber y desde sus inicios ha generado todo tipo de críticas. Muchos opinan, entre los que me cuento, que es imposible comparar construcciones de la Antigüedad Clásica, tales como la Acrópolis y el Coliseo, con edificaciones modernas como la Opera de Sydney o la Estatua de la Libertad. También se crítica la comercialización del evento, pues las llamadas telefónicas para votar o el envío de mensajes de texto tienen un costo, aunque sus organizadores indican que parte de ellos se destinará a obras de restauración. Asimismo, se ha enjuiciado el carácter universal de las votaciones, pues por una parte, puede votar cualquier persona en teoría, sin importar su grado de conocimientos artísticos, y por la otra parte también hay muchas personas que no votarán por carecer de los medios para hacerlo.

Schloss Neuschwanstein

* Foto: Allgäu Ausflüge

Como en este blog hablamos de Alemania, me referiré al Schloss Neuschwanstein, que visite hace un par de años atrás, mientras vivía en Munich. El palacio tiene, sin lugar a dudas, cierto magnetismo y encanto. Esto no puede negarse. Sin embargo, éste deriva principalmente de su singular emplazamiento. La construcción está enclavada en la cima de una escarpada montaña, rodeado de bosques, que en los meses de otoño deslumbran con sus hojas en diversas tonalidades rojas y marrones, las que contrastan con el intenso verde de las coníferas. Detrás del castillo y cerca de un puente (Marienbrücke), que sirve de mirador (desde el puente se obtienen las mejores fotos), hay una cascada y a sus pies yacen dos lagos. En invierno está todo cubierto de nieve y el panorama es perfecto para el millar de turistas que lo visitan anualmente.

Al llegar a los pies del castillo, después de subir en un carruaje tirado por caballos, a pie o en bus, la construcción no parece tan deslumbrante como se ve desde lejos: lleno de pequeñas torrecillas, almenas y tejados cónicos. Tiene cierto aire medieval –románico- a pesar de haber sido construido en la segunda mitad del S. XIX. La idea de Ludwig II era precisamente esa: un palacio de épocas míticas, con caballeros y dragones. La decoración interior se supone que es deslumbrante y propia de una mente febril. El tour (25 min.) por su interior conduce al público rápidamente de una habitación a otra sin tiempo ni siquiera para pensar alguna fantasía, como cuando se visita la “gruta” con su cascada artificial. Nosotros no entramos, pues las entradas ya estaban agotadas y, además, estábamos más cautivados por el entorno natural que por el palacio mismo.

Sugerencia: seguir en auto hacia Austria por la B17 y luego tomar el camino a Reute (314), para luego proseguir por la pequeña vía que conduce nuevamente a Alemania al lado del lago Plansee en medio de bosques y cumbres nevadas. Esta ruta pasa al lado del Schloss Linderhof, otro palacio del rey Ludwig II, pero de estilo rococó. Los paisajes son impresionantes. De ahí seguir hacia Oberammergau y luego la autopista a München. Nada mejor que un viaje por la naturaleza, en medio de montañas nevadas y bosques, pero ahora a despertar. El tiempo pasa raudo y pronto sabremos si el extravagante gusto de Ludwig lo comparte el “mundo” entero.

¿Cómo llegar a Schloss Neuschwanstein?: En tren desde Stuttgart, Augsburg o Múnich. El recorrido desde Stuttgart toma entre 3:45 y 4:00 hrs y dependiendo de la hora es necesario cambiar hasta 3 veces de tren. La mejor combinación va de Stuttgart a Augsburg y de allí directamente a Füssen. Desde München, el trayecto demora poco más de 2 horas y se puede ir en un tren directo dependiendo de la hora. El recorrido de Stuttgart a Füssen - Hohenschwangau (223 km.) en automóvil toma dos horas y media, mientras que desde München (123 km.) se requiere poco más de una hora y media. Si alguien desea alojar en Füssen, allí hay un albergue juvenil y una serie de hoteles y pensiones con precios que van desde los 25 €.

Sitio Web de Schloss Neuschwanstein
Sitio Web de las 7 Nuevas Maravillas del Mundo