Katrina y la agenda setting

A una semana del catastrófico y desolador paso del huracán Katrina por las costas estadounidenses, el tema sigue en la portada de los principales diarios germanos y es aún la nota más importante de los noticiarios. Además, es el tema de mi columna de hoy día y la noticia que controla prácticamente la agenda setting, o de fijación de temas en los medios, en todas partes. Al menos en occidente.
El paso del huracán Katrina cumple con todos los requisitos para ser noticia, al igual que el tifón Nabi que azola actualmente a Asia, o las diluvianas lluvias monzónicas que afectaron a la India a fines de agosto y dejaron a 500 pueblos completamente inundados y que obligaron a evacuar a más de 300 mil personas. Y hablando de la India, las cifras corresponden sólo a estimaciones y las verdaderas quizás nunca se conozcan, al igual que el número de víctimas.
Es más, quizás muchos ya no se acuerdan, y otros ni se enteraron, de las ciudades hindúes que estaban -o siguen- bajo dos metros de agua o más. Sin embargo, todos saben que en EE.UU. está la grande.
Nuevamente se comprueba que las vidas de los estadounidenses son más valiosas que las de otras personas, que las de los asiáticos y para que pensar en la de los africanos. La carta de derechos humanos de la ONU dice en su artículo primero que “todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos….” Lastima que eso sea sólamente válido durante el primer segundo de vida. Después el infortunio de haber nacido en el país equivocado se encarga del resto.
Ahora todos los gobiernos del mundo corren a ofrecer su ayuda a los EE.UU., aunque sea para entregar promesas y buenos deseos. Sin embargo, por qué nadie se preocupa de enviar ayuda a los cientos de miles de niños de Níger que siguen muriendo de hambre a diario. Lo que es más dramático aún es por qué no se hizo nada para evitar esa catástrofe si todos sabían que la hambruna con su guadaña estaba ad portas del segundo país más pobre del mundo y lista para pasar fatídicamente por cuanto pueblo y aldea encontrase a su paso.

Hoy día nadie sabe o se interesa por lo que pasa en Níger u otras naciones africanas afectadas por una de las peores sequías de la historia. La noticia ocupó recuadros insignificamentes en los diarios y menos de 20 segundos en los noticiarios en su mejor momento. Ahora, incluso, ya es difícil encontrar información actualizada y consistente sobre el tema en Internet.
Pareciera que en los diarios y noticieros no hay espacio o tiempo para hablar de esos temas, aunque si lo hay para comunicar las cuentas de ahorro pro-ayuda de las víctimas de Katrina. Es increible que EE.UU. ,uno de los países más ricos, -si se descuenta su gigantesca deuda-, no sea capaz de acudir en ayuda de sus ciudadanos rápida y efectivamente y cuando lo hace ya es demasiado tarde. Ahora New Orleans está sumida en la anarquía y eso en un país que incluso exporta la democracia.
Ayer Condoleezza Rice defendió a Bush y dijo que en EE.UU. no había diferencias entre negros y blancos. Sin embargo, para todos ya está más que claro, que en New Orleans vivían los habitantes de segunda categoría de la nación más poderosa del mundo. Hoy leía que el per capita de ese Estado es 10.000 dólares inferior al promedio de los EE.UU. Si eso no es una diferencia entonces qué lo es.
¿Por qué las noticias sobre New Orleans son más importantes que las de los 3,5 millones de nigerinos? Primero que todo, las grandes cadenas mediáticas son estadounidenses y está claro que su país es el más importante del orbe. Luego, las secuelas de Katrina se sienten en los bolsillos de todo el globo, gracias a los especuladores del mercado petrolero, que llevaron los precio del oro negro a niveles récord y, entre otras cosas, porque la derrota de Bush en su gestión de la crisis es más que vergonzosa.

Mientras tanto siguen muriendo africanos de hambre, de sida y de desamparo. Pero eso parece no importar, después de todo si Níger colapsa aún más, la economía mundial ni siquiera se resentirá, es más quizás tampoco nadie se enterará.