El viaje a Colonia nuevamente me dejó pensando si vale la pena volver a la ciudad o no. Después de todo, mi relación con la ciudad más desenfrenada de Alemania ha sido de idas y venidas. Es imposible perderse las multitudinarias fiestas que se organizan casi todos los meses allá. Y con multitudinarias, me refiero a eventos de más de medio millón de personas, llámense Carnaval, Christopher Street Day –lejos el más grande del mundo-, Ringfest, etc. El problema es que ahora en tiempos de crisis los trabajos allá no abundan. Salvo que a alguien se le ocurra hacer una práctica en uno de los cientos de medios, que trabajan sólo con practicantes, con “contratos” de 12 ó 18 meses gratis, o a lo más por 400 dólares, que apenas alcanzan para pagar el arriendo de una pieza y la comida de una semana. Además la ciudad no es muy “bonita” que digamos, ya que fue totalmente destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, allá están los amigos, mis amigos actores y comediantes con quienes accedo al mundillo VIP, etc. Todo es más barato que en Frankfurt y la tolerancia se escribe con mayúscula, pues como ya saben Jeder Jeck ist anders - algo así como todo el mundo es diferente. Sin embargo, entre Colonia, Berlín y Hamburgo….. es difícil decidirse, sobre todo después que dije que nos quedábamos en Frankfurt hasta el 2007 y de ahí quizás a Chile o otro lugar diferente.
Igual lo pasamos bien, a pesar de la lluvia que nos agarró cuando paseábamos con Andreas. Aproveché de visitar a la Feral, mi peluquera turca, que reparó lo que parecía irreparable y me dejó nuevamente top. De pasó retocó a la Valentina, que con tanto rulo casi no se puede peinar. Visité, además, la Catedral, pues finalmente terminaron las reparaciones en uno de los portales, producto de un bombazo de la Guerra. Además renovaron toda la plaza que a da a la estación. Se recuerdan que estaba llena de bicicletas, con un quiosco que vendía papas fritas y kuchen de cebolla. Todo eso voló. Ahora hay una gran escalera que conduce al altar y que realza aún más los 157 metros de las torres góticas. Ahora voy raudo en el ICE a Frankfurt, aunque con cierto dejo de nostalgia. Este fin de semana es Ringfest en Colonia ….Me conformó con que en Frankfurt se celebra la Museumsuferfest y auguran 3 millones de vistantes.
Igual lo pasamos bien, a pesar de la lluvia que nos agarró cuando paseábamos con Andreas. Aproveché de visitar a la Feral, mi peluquera turca, que reparó lo que parecía irreparable y me dejó nuevamente top. De pasó retocó a la Valentina, que con tanto rulo casi no se puede peinar. Visité, además, la Catedral, pues finalmente terminaron las reparaciones en uno de los portales, producto de un bombazo de la Guerra. Además renovaron toda la plaza que a da a la estación. Se recuerdan que estaba llena de bicicletas, con un quiosco que vendía papas fritas y kuchen de cebolla. Todo eso voló. Ahora hay una gran escalera que conduce al altar y que realza aún más los 157 metros de las torres góticas. Ahora voy raudo en el ICE a Frankfurt, aunque con cierto dejo de nostalgia. Este fin de semana es Ringfest en Colonia ….Me conformó con que en Frankfurt se celebra la Museumsuferfest y auguran 3 millones de vistantes.
2 comments:
Es lindo Frankfurt ... que pena por el local de papas fritas ... quizas como en Chile lo movieron para otro lado.
Tu peluquera te dejo mas top no puedo creerlo y seguro que a la Valentina la dejo mas linda ... iras mas seguido a Colonia? ... eso fue despues de la visita del Papa seguro la amononaron un poco por si acaso.
Saludos,
Patricia
Jeck es loco, en dialecto rhenano. Concuerdo contigo, Colonia es muy fea.Pero no se lo digas a la gente de Colonia...
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