Imperdible

Hace poco me enteré que en los próximos días estrenarán en Chile la película sobre los últimos días de Sophie Scholl. El film es realmente interesante para el público extranjero, puesto que da a conocer uno de los movimientos de resistencia al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. La Rosa Blanca, integrada por un grupo de estudiantes universitarios, entre ellos, los hermanos Scholl, Hans y Sophie, fue uno de ellos y a través de la película se puede conocer algo más de ellos.

Todavía recuerdo cuando a pocos días de mi llegada a Alemania me tocó viajar a Munich. Allí me reuní con mi amiga Martina, quien me hizo un breve pero interesante recorrido por la capital de Bavaria. Entre otras cosas, me llevó a la Universidad. De esta forma, justo cuando íbamos llegando, me percaté que a su entrada, en la acera, había una serie de plaquitas recordatorias que simulaban panfletos. “Son una conmemoración a la Rosa Blanca”, me comentó. Yo no tenía idea a que se refería. Claro, la historia sobre los grupos de resistencia a Hitler es prácticamente desconocida, así es que comencé a interrogarla al respecto.

Inmediatamente me contó más o menos la que es la trama de la película: Un grupo de universitarios forma un movimiento de oposición al régimen nacionalsocialista e intenta organizar un levantamiento pacífico. Como ya sabemos por la historia, no tuvieron éxito, puesto que fueron detenidos luego de arrojar los panfletos en el atrio de la universidad al término de las clases. Eso explica la placa en la acera de la calle. Lo que sigue después es similar al destino de todos los que osaron revelarse contra el régimen: los estudiantes fueron enjuiciados rápidamente y condenados.

Si bien el film deja a los espectadores con los pelos de punta, sobre todo durante las escenas del juicio, cuando el juez habla con el típico tono seco y cortante, que uno cree que tienen todos los alemanes, pone de manifiesto la fuerza de los ideales de la juventud y la convicción en estos mismos.

La película ganó una serie de premios en el Festival de Cine de Berlín, estuvo nominada al Oscar como mejor película extranjera y si bien en Alemania tuvo un éxito relativo, que la dejó como la trigésima película más vista del 2005, con 1,1 millón de espectadores, vale la pena verla. Todos los que tengan la posibilidad de verla, no se la pueden perder.